jeudi, février 16, 2006


Mi abuela nació cuando los pescadores volvían del mar, y el viento venía fuerte de atrás de las montañas. Vivían poquitos aquí, pero la casa todavía está. Las paredes se pintaban de blanco para guiñarle al sol, y los gatos dormían sin pasar nunca hambre.
Mi abuela creció en esta playa, mirando a las islas, con un poco de miedo por si volvían los piratas. En la montaña de piedra siempre un vigía que nunca les avisó de nada. Cuando el viento paraba todo quedaba limpio, y las ideas grises se marchaban con él.